jueves, 16 de febrero de 2012

No es un adiós....es un hasta siempre


Tres años esperando este momento y ahora no sé si quiero que llegue, tres años llenos de emoción, de risas y lágrimas, nervios y desesperación, riñas y reconciliaciones, deseando abandonar por ver imposible llegar a la meta pero apostando por ello gracias a ellas y ellos.

Quizás, si hiciese un balance de ésta etapa que se cierra y que ha sido una experiencia única en la vida, estoy segura de que ha habido más cosas buenas que malas, y que en algún momento de mi vida, allí donde esté, cuando recuerde esta etapa que me ha marcado y que ha sido inolvidable, se dibuje una sonrisa perfecta.


He de decir que en estos tres años he aprendido mucho, he aprendido a madurar, a ser como soy sin miedo y sin prejuicios, a dejar de lado lo que digan los demás y ser sobre todo sincera por mucho daño que eso pueda llegar a hacer, he aprendido a ser como ellos: a ser fría y pensar con la cabeza y no con el corazón; a que las cosas no duelan, a que cuando te caes no debes dejarte abandonada, sino que hay que levantarse y seguir luchando, he aprendido a dar segundas oportunidades, a perdonar sin rencor, pero sobre todo he aprendido lo que es la amistad.
Quizás no haya aprendido muchas cosas sobre educación en cuanto a contenido de la carrera, pero he aprendido lo más importante: a querer y a crecer como persona.


Recuerdo todos los obstáculos superados para haber llegado hasta aquí, recuerdo que si estoy aquí fue por obligación pero...bendita obligación que me ha dado los mejores años de mi vida. No ha sido fácil el camino, pero por ello ha sido más productivo, porque esas pequeñas cosas que me han impedido a veces avanzar me han hecho aprender, y ahora sé, que no me he equivocado de camino, que quiero seguir adelante y crecer, que éste era mi camino y ha sido maravilloso recorrerlo junto a vosotras.


Es curioso, me voy con el mismo sentimiento que con el que llegué. Llegué desilusionada, con miedo a decepcionar y a no saber qué hacer, con miedo a la soledad, llegué sin ganas de empezar esta etapa a pesar de haber logrado conseguir aprobar la selectividad, que al fin y al cabo para mí no era más que un reto y no un deseo. Y ahora me voy…me voy desilusionada por no haber aprovechado más horas de césped y más jueves junto a vosotras, me voy desilusionada por no haber podido aportar más tiempo a aquellos que han llegado después pero que me llevo un trocito de ellos, aunque con ganas de más; me voy con miedo de haber podido decepcionar, me voy con miedo de no saber qué hacer con mi vida ahora, con miedo a la soledad que esto puede llevar y sin ganas de terminar ésta etapa que sin remedio, se cierra y queda atrás, aunque no en el olvido.


Dar las gracias a todos y cada una de esas personas que han marcado este camino, que me han prestado unos minutos de sus vidas para marcar la mía y que cada segundo quedará eternamente atesorado en mi corazón. Doy las gracias a todos aquellos desconocidos de cada jueves, a todos mis compañeros de clase, a los de segundo y a los de primero de educación, a los compañeros de la esidencia, a los profesores, a la universidad, a las encuestas, a los camareros de nuevo centro, a los ompañeros de Cruz roja, a mis niños de prácticas y del voluntariado, por haber colaborado a que estos tres años sean magníficos. Pero sobre todo a vosotras, por haberme ofrecido vuestro tiempo, vuestros abrazos, vuestros besos y ante todo vuestra amistad y el regalo más grande del mundo: nuestros dos preciosos sobrinitos, Mario y Mateo. He de avisar, que yo no seré la próxima en haceros tías, aunque si alguna vez lo soy, prometo que buscaré un nombre que empiece por “M” para no perder la tradición.


Quiero dejar constancia de todo lo que ésta ciudad tan maravillosa (al igual que sus ferias) que me ha marcado tanto y que me ha visto entrar en la edad adulta dejando atrás mi querida adolescencia (a veces dudo de esto), ha hecho de mí.


Ahora no sé que me deparará el futuro, espero cumplir todos y cada uno de mis sueños, pero tanto si estoy con mi deseado máster en Barcelona, como si estoy con mi querida cooperación en África o en Sudamérica, como si estoy en mi amado pueblo, como si me he ido a la guerra después de meterme a militar (por ejemplo), allí donde esté tendré guardado cada momento vivido, cada minuto lleno de magia y felicidad, sin olvidar de dónde vengo y de qué estoy hecha y sobre todo sin olvidar, que éstos tres años han sido…Legen…darios, y que ha sido aquí, con todos vosotros donde la vida me ha dado los momentos más felices, muy cuidadosamente marcado, pues aún no ha terminado, el 2011, el cual está siendo perfecto.


Recordad que en el corazón no existe el tiempo y a diferencia de la razón, atesora cada momento. En el camino que estamos ahora sabíamos que iba a terminar, que todo este viaje tenía un final. Tuvimos muchas diferencias que siempre superamos, al igual que hemos tenido muchos buenos momentos que siempre hemos disfrutado.
Ahora, cada uno de nosotros tiene su propio camino que recorrer, y durante este nuevo viaje que nos separa, conoceremos nueva gente, o viejos amigos volverán, al igual que muchos son los retos que deberemos superar, pero sobre todo espero que durante este nuevo viaje, no se olviden estos tres años vividos y compartidos.


A pesar de que no sabemos qué me deparará el futuro (¿Y si hago grado?), esto no es un Adiós sino…un hasta pronto (porque si de mi depende, volveré en cada feria talaverana :D)


No hay comentarios:

Publicar un comentario