jueves, 28 de febrero de 2013

¡¡¡Vive!!!

Tenemos la mala costumbre de querer a medias y no mostrar lo que sentimos a los que están cerca, de echar de menos lo que queremos cuando ya lo perdemos, de perder el tiempo buscando falsos sueños y de no apreciar lo que de verdad importa, es así cuando entonces te das cuenta de las cosas que sobran. De buscar excusas para poner una barrera y así no dejar que interaccionen los sentimientos y no asumir determinadas culpas.
No permitas que nadie te diga que eres incapaz de hacer algo, si tienes un sueño, debes conservarlo, si quieres algo, sal a buscarlo, y punto. La gente que no logra conseguir sus sueños suele decirles a los demás que tampoco cumplirán los suyos. Cualquier cosa que hagas en la vida será insignificante, pero es muy importante que lo hagas porque nadie más lo hará. Como cuando alguien entra en tu vida y una parte de ti dice: no estás mínimamente preparado para esto. Pero la otra te dice: hazla tuya para siempre
Vive intensamente cada instante. Lo que no significa alocadamente, sino mimando cada situación, escuchando a cada compañero, intentando realizar cada sueño positivo, buscando el éxito del otro, examinándote de la asignatura fundamental: el Amor. Para que un día no lamentes haber malgastado egoístamente tu capacidad de amar y dar vida.
¿Sabes lo que más asusta a la gente? Aquello que no entiende, y cuando no entendemos algo nos basamos en nuestras presunciones. A veces hasta la mejor de las personas, toma decisiones precipitadas, malas decisiones, decisiones de las que somos conscientes que nos arrepentiremos a la mañana siguiente. No mires atrás ni llores por el pasado porque ya fue, y no te preocupes por el futuro porque aún no ha llegado. Vive el presente y haz que sea tan hermoso que merezca la pena recordarlo. Olvida el intelecto y escucha al corazón, lo cierto es que vivir sin eso no tiene sentido alguno, llegar a viejo sin haberse enamorado de verdad, es como no haber vivido. Hay que intentarlo porque si no lo intentas, no habrás vivido.
A veces lo que más deseas nunca se cumple, y a veces lo que menos esperas que suceda, ocurre. Conoces a ciento de personas y ninguna te deja huella, y de repente conoces a una persona, y te cambia la vida para siempre.
Al final no puedes evitar hablar de ciertas cosas, hay cosas que no queremos escuchar, a veces hablamos porque no podemos estar callados más tiempo. Hay cosas que exceden a las palabras, son productos de la acción, a veces hablas porque no hay alternativa. Otras cosas te las reservas y no siempre, pero de cuando en cuando, algunas cosas hablan por si solas. Supongo que enfrentarse a la verdad no es fácil. A la gente le gusta lo fácil, estar acostumbrados, a nadie le gusta sufrir.
Y recuerda…la vida es demasiado corta para estar siempre cabreados.

martes, 12 de febrero de 2013

Nuestro camino


En la vida vamos caminando por caminos y nos damos cuenta que hemos perdido a nuestro compañero. Intenso es el disgusto porque nunca habíamos caminado sin él, juntos a todas partes, a la misma velocidad, al mismo ritmo…Y ahora ya no está, ahora ha desaparecido. De repente silencio, soledad. Quizás yo me he dormido y me ha adelantado y me está esperando más adelante, o quizás se ha accidentado y se ha quedado atrás. ¿Vuelvo a buscarlo? ¿Espero a que llegue? ¿Corro para ver si está mas adelante? Hace tanto tiempo que no se me planteaba esta circunstancia que ahora no encuentro respuesta adecuada ¿Y si le ha pasado algo?

Razonemos: por mucho que lo espere nunca volverá. Por lo menos no a este mismo sitio. Sólo hay una respuesta: seguir o dejarte morir aquí esperando sin ni si quiera saber con certeza que volverá. Ahora me encuentro dividido, mis pensamientos, mi cuerpo, mis sentimientos, mi conciencia….cada uno de estos elementos está en un sitio, perdidos. Más adelante hay un charco, pero no es de lluvia, son las lágrimas de todos los que han pasado por aquí mientras iban llorando la pérdida de alguien, como las mías, que pronto empezarán a mojar.

Todas las pérdidas son diferentes, y por ello no se pueden comparar ni analizar todas las pérdidas por igual. Desde el punto de vista psicológico la diferencia tendrá que ver con la dificultad para superar esa pérdida. Cada persona responde a los estímulos externos siguiendo un patrón de conducta.

Cuando soy consciente de lo que pasa empiezan a surgir las emociones. Siento un montón de cosas, pero ya no desde los sentidos. Empiezo a sentir que me gusta, me asusta, me da miedo, me altera…miedo, ganas deseo, inquietud...Cuando ya ha pasado todo esto, me alejo para quedarme conmigo y para volver a empezar.

A veces me doy cuenta de lo que pasa o ha pasado, de lo que he perdido o creía que tenía, y entonces siento. Ya no son emociones, son sentimientos

Tenemos la creencia inevitable de que no lo vamos a soportar, pero no es nuestra culpa, o al menos en parte, porque así nos han educado, de tal forma que nos han hecho creer que todas las personas que forman parte de nuestras vidas son imprescindibles, y cada vez, esa lista de cosas imprescindibles va creciendo “papa, mama, hermano, familia, profesores, amigos, la universidad, la carrera, el coche, la casa, la novia, la mujer, tus hijos…” ¿Pero nunca has notado lo imprescindible que eres tú? Porque sólo sería imposible vivir sin uno mismo. El resto van, vienen, cambian…pero sólo tú eres imprescindible para ti mismo.

Piensa que siempre va a haber algo mejor que aquello que hemos perdido. Siempre hay que dejar atrás las cosas que se quedaron en el pasado, porque ya no están aquí, porque ya no están en el presente y no sabemos si estarán en el futuro.