martes, 12 de febrero de 2013

Nuestro camino


En la vida vamos caminando por caminos y nos damos cuenta que hemos perdido a nuestro compañero. Intenso es el disgusto porque nunca habíamos caminado sin él, juntos a todas partes, a la misma velocidad, al mismo ritmo…Y ahora ya no está, ahora ha desaparecido. De repente silencio, soledad. Quizás yo me he dormido y me ha adelantado y me está esperando más adelante, o quizás se ha accidentado y se ha quedado atrás. ¿Vuelvo a buscarlo? ¿Espero a que llegue? ¿Corro para ver si está mas adelante? Hace tanto tiempo que no se me planteaba esta circunstancia que ahora no encuentro respuesta adecuada ¿Y si le ha pasado algo?

Razonemos: por mucho que lo espere nunca volverá. Por lo menos no a este mismo sitio. Sólo hay una respuesta: seguir o dejarte morir aquí esperando sin ni si quiera saber con certeza que volverá. Ahora me encuentro dividido, mis pensamientos, mi cuerpo, mis sentimientos, mi conciencia….cada uno de estos elementos está en un sitio, perdidos. Más adelante hay un charco, pero no es de lluvia, son las lágrimas de todos los que han pasado por aquí mientras iban llorando la pérdida de alguien, como las mías, que pronto empezarán a mojar.

Todas las pérdidas son diferentes, y por ello no se pueden comparar ni analizar todas las pérdidas por igual. Desde el punto de vista psicológico la diferencia tendrá que ver con la dificultad para superar esa pérdida. Cada persona responde a los estímulos externos siguiendo un patrón de conducta.

Cuando soy consciente de lo que pasa empiezan a surgir las emociones. Siento un montón de cosas, pero ya no desde los sentidos. Empiezo a sentir que me gusta, me asusta, me da miedo, me altera…miedo, ganas deseo, inquietud...Cuando ya ha pasado todo esto, me alejo para quedarme conmigo y para volver a empezar.

A veces me doy cuenta de lo que pasa o ha pasado, de lo que he perdido o creía que tenía, y entonces siento. Ya no son emociones, son sentimientos

Tenemos la creencia inevitable de que no lo vamos a soportar, pero no es nuestra culpa, o al menos en parte, porque así nos han educado, de tal forma que nos han hecho creer que todas las personas que forman parte de nuestras vidas son imprescindibles, y cada vez, esa lista de cosas imprescindibles va creciendo “papa, mama, hermano, familia, profesores, amigos, la universidad, la carrera, el coche, la casa, la novia, la mujer, tus hijos…” ¿Pero nunca has notado lo imprescindible que eres tú? Porque sólo sería imposible vivir sin uno mismo. El resto van, vienen, cambian…pero sólo tú eres imprescindible para ti mismo.

Piensa que siempre va a haber algo mejor que aquello que hemos perdido. Siempre hay que dejar atrás las cosas que se quedaron en el pasado, porque ya no están aquí, porque ya no están en el presente y no sabemos si estarán en el futuro.

1 comentario:

  1. En la vida los hombres antes debemos aprender a caminar antes que andar, muchos andan no caminan
    porque caminar es ser uno mismo
    y ser uno mismo es tomar encuenta cada uno de nuestros actos

    me quedo en tu sitio te espero
    saludos

    ResponderEliminar