viernes, 22 de junio de 2012

Somos esclavos de nuestro tiempo

Hoy quería hablar sobre una película especial titulada "Sang Woo y su abuela". Es una película contada desde las expresiones, más que por las palabras, donde se irá generando un vínculo cada vez más cercano, entre el nieto y la abuela. En ella, se contraponen dos puntos diferentes, en cuanto al lugar de donde viene y de donde se desarrolla:

-          Mundo consumista: somos esclavos de nuestro tiempo.
-          Mundo rural

Se aprecia la diferencia entre las diferentes maneras de ver la vida entre la madre y la abuela, siendo la manera de actuar y comportarse de forma diferente. Se ve con claridad, que si nos cambian los dispositivos, cambiamos nosotros. Sang Woo dispone de unas herramientas para vivir en su mundo, pero al llegar a este otro mundo, el de la abuela, no las puede aplicar y debe cambiar éstas por unas nuevas, adaptables al nuevo entorno. También nos hace pensar, qué hubiese sucedido si no hubieran cambiado algunos dispositivos, como el hecho de haber tenido pilas.

Desde el terreno educativo, existe una gran diferencia entre Sang Woo y los niños del puebl0, en cuanto a ocio, educación, cultura, concepto de amistad, aplicación y concepto de tiempo…La madre no se preocupa (no lo tiene en cuenta) por la posible inadaptación  de su hijo al lugar, debido a las grandes diferencias.

Según va avanzando la película, la visión sobre Sang Woo va cambiando, ya que comenzamos a verlo como un niño malcriado, consentido, mal educado…y terminamos viéndolo como comprometido con la abuela, sin ya contestaciones, tratándola adecuadamente, ayudándola y sobre todo…queriéndola.
 
Al final de la película, vemos como realiza una serie de dibujos (herramientas, estrategias) para que su abuela pueda comunicarse y transmitir cómo se siente (Enferma, alegre, te hecho de menos).

La verdad que tiene Sang Woo, es que sólo existe un mundo consumista, rodeado de tecnologias,  pero descubre una realidad completamente diferente, que es la que vive en el pueblo durante su estancia, que prácticamente le parece ficción. Tiene su propia verdad de que puede hacer amigos con lo que tiene y no por lo que es, pero descubre la realidad, que tiene más importancia lo que eres.

También la verdad de la abuela, es completamente diferente a la de Sang Woo, en  cuanto a sus modos de vida, lo cual le puede impedir ver la realidad de donde proviene Sang Woo.                     

Desde el punto de vista del espectador, la película es una ficción, que muestra una verdad sobre la realidad. La madre conoce las dos realidades, pero puede tener su propia verdad.

Esta película muestra un aspecto importante, como es la transmisión de la enseñanza de generación en generación. Sang Woo muestra falta de cariño, el cual se sustituye con juguetes y comida rápida. Esto se refleja en la indicación de la madre a la abuela, de que el niño no le va a molestar por que está acostumbrado a pasar mucho tiempo solo. La abuela le acaba transmitiendo lecciones que no va a aprender en la sociedad de su tiempo, tales como la paciencia, la comprensión… y todo ello sin emitir una sola palabra.

lunes, 11 de junio de 2012

Obstáculos

Voy andando por un sendero. Dejo que mis pies me lleven.
Mis ojos se posan en los árboles, en los pájaros, en las piedras. En el horizonte se recorte la silueta de una ciudad. Agudizo la mirada para distinguirla bien. Siento que la ciudad me atrae.
Sin saber cómo, me doy cuenta de que en esta ciudad puedo encontrar todo lo que deseo. Todas mis metas, mis objetivos y mis logros. Mis ambiciones y mis sueños están en esta ciudad. Lo que quiero conseguir, lo que necesito, lo que más me gustaría ser, aquello a lo cual aspiro, o que intento, por lo que trabajo, lo que siempre ambicioné, aquello que sería el mayor de mis éxitos. Me imagino que todo eso está en esa ciudad.
Sin dudar, empiezo a caminar hacia ella. A poco de andar, el sendero se hace cuesta arriba. Me canso un poco, pero no me importa. Sigo. Diviso una sombra negra, más adelante, en el camino. Al acercarme, veo que una enorme zanja me impide mi paso. Temo... dudo. Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente. De todas maneras decido saltar la zanja. Retrocedo, tomo impulso y salto... Consigo pasarla. Me repongo y sigo caminando.

Unos metros más adelante, aparece otra zanja. Vuelvo a tomar carrera y también la salto. Corro hacia la ciudad: el camino parece despejado. Me sorprende un abismo que detiene mi camino. Me detengo. Imposible saltarlo Veo que a un costado hay maderas, clavos y herramientas. Me doy cuenta de que está allí para construir un puente. Nunca he sido hábil con mis manos...Pienso en renunciar. Miro la meta que deseo... y resisto.
Empiezo a construir el puente. Pasan horas, o días, o meses. El puente está hecho. Emocionado, lo cruzo. Y al llegar al otro lado... descubro el muro. Un gigantesco muro frío y húmedo rodea la ciudad de mis sueños... Me siento abatido... Busco la manera de esquivarlo. No hay caso. Debo escalarlo. La ciudad está tan cerca... No dejaré que el muro impida mi paso. Me propongo trepar. Descanso unos minutos y tomo aire... De pronto veo, a un costado del camino un niño que me mira como si me conociera. Me sonríe con complicidad. Me recuerda a mí mismo... cuando era niño.Quizás por eso, me animo a expresar en voz alta mi queja:
 -¿Por qué tantos obstáculos entre mi objetivo y yo?
El niño se encoge de hombros y me contesta:
 -¿Por qué me lo preguntas a mí?Los obstáculos no estaban antes de que tú llegaras... Los obstáculos los trajiste tú

                                                                                                                Jorge Bucay

sábado, 2 de junio de 2012

Tercera edad ¿una etapa brillante?


A medida que envejecemos, somos más propensos a enfermar, pero eso no significa que no podamos llevar una vida feliz y saludable. Llegar a la tercera edad no es sinónimo de aislamiento, de preparación a la muerte, de rutina…sino una etapa más para vivir y superar, donde se pueden aprender aún más cosas de las ya aprendidas a lo largo de todo el camino de la vida que hemos recorrido.

Ser anciano es ser sabio. Es donde se encuentra la experiencia de la vida, del que puedes aprender y verte reflejado para cuando llegues a su misma edad, a pesar de que muchos lo vean como algo malo, donde no quieren llegar, por miedo a la soledad, al rechazo, al aislamiento. Si bien es cierto, y algo que no podemos ignorar, que muchos de nuestros ancianos son utilizados como canguros por sus hijos, maltratados psicológicamente o abandonados en residencias, donde se olvidan de su existencia.

Existen dos tipos de opiniones en cuanto a la vejez: quienes hablan de ésta desde un punto optimista, pensando en la jubilación como un periodo vacacional de larga estancia y creyendo que la Seguridad Social solucionará todos sus problemas económicos, con sus respectivas pagas, proporcionando residencias y especialistas que se encarguen de cuidarle a él y a su salud; en el lado opuesto nos encontramos a los que creen que llegar a la tercera edad es estar acabado, anticuado, ser un estorbo para la familia, y marginado.

El hombre a lo largo de su historia se ha planteado problemas en torno a la vejez. No hay teorías únicas, definitivas, más bien todo lo contrario, es decir, opuestas y variables a lo largo de la historia respecto a este tema. Existen diferentes concepciones en cuanto a la tercera edad, destacando que en la mayoría siempre desde una visión pesimista.

      A finales del siglo XIX se separan vejez y enfermedad en el anciano, teniendo lugar el nacimiento de la Gerontología y de la Geriatría. Pero la sociedad no cambia, lo que lleva a que el anciano sigua marginado, aunque de otra forma más sutil: nuestra civilización basa su cultura en el trabajo, el rendimiento y el consumo; es decir, estamos en una sociedad orientada básicamente hacia la juventud y sus valores. El anciano al ser improductivo y tener pocas posibilidades para el consumo, vuelve a ser marginado.


      Para reflexionar sobre todo ésto os invito a ver y a analizar la película de Kirk Jones "Todos están bien", aquí os dejo el trailler.