Fue un día gris, lluvioso, frio y triste. El mundo tenía un
motivo para presentar ese día, los anteriores y los que vienen.
Los angelitos han sido demasiado injustos, hay tanta gente
en el mundo y tan mala, y te tuvieron que elegir a ti para llevarte con ellos.
Claro, la gente mala nunca va al cielo, y ellos te querían allí con ellos, pero
nosotros te queremos aquí junto con nosotros. Son muy egoístas sabes, podrían
haber esperado unos años, tu no merecías esto, ni la forma ni el lugar donde
todo ocurrió. Nunca, nunca, pensé que aquel 5 de Marzo en el que te montaste en
mi coche para ir al hospital, no hubiese un viaje de vuelta. Yo te estaba
preparando tu habitación, nuestras vacaciones, nuevos planes, y tu madre te
guardaba la comida en el congelador para que no te faltase a tu vuelta. Siempre
te preguntaba qué día te dejaban volver
a casa y ya estábamos planeando una barbacoa para Semana Santa, para celebrar
mi cumpleaños. Con lo que te gustan las barbacoas y quitarme la tarta para
untarme de nata la cara…Tú estabas muy bien, yo lo sé, te veía, tú estabas bien
para volver a casa, y de repente, todo sucedió, sin yo aún creérmelo. El
viernes hablé contigo, estabas muy triste pero yo te conté un montón de cosas y
sonreíste, sé que sonreíste. El sábado esperé tu llamada hasta media noche,
pero te olvidaste…Me enfadé mucho, tú, que me has llamado para felicitarme
hasta por las victorias del atleti y ese día no te acordaste…y me fui, me fui
triste. El domingo, estaba de vuelta al hotel y pensé “cuando llegue le llamo y
le echo la bronca por no felicitarme” pero no me dio tiempo, mi móvil sonó
antes. Pero te juro que te perdono por eso y por irte sin despedirte, pero no
por irte tan pronto.
Me consuela saber que viviste todo, que fuiste feliz y
disfrutaste de la vida todo y más.
Solo tu tenías la fuerza para reunirnos a todos, solo tu tenías
el poder de juntar a tanta gente sin tener en cuenta de donde viniesen. Y así
fue, no sabes la cantidad de gente que fue a verte, la cantidad de lágrimas que
se derramaron por ti. Allí estábamos todos, junto a ti, por y para ti.
Mientras que sigas en nuestros recuerdos seguirás estando
con nosotros, porque ni el cielo, ni la tierra nos separarán, y siempre siempre
estarás vivo en nuestros corazones. Sé que cada vez que te hablo me escuchas,
porque siempre recibo una respuesta, una señal de tu parte, y así tiene que
seguir siendo, hazme saber que estás ahí con un apagón, una bocanada de aire,
la caída de un objeto por qué no me sentiré tan sola hablando contigo, puedes
escucharme y yo puedo sentirte.
Siempre me decías que no me ibas a ver el día mi boda, y lo
has cumplido ¿por qué tenías que hacerlo? Ahora, yo te prometo que mi primer
hijo llevará tu nombre, y aunque no me case, haré lo que sea por cumplir esto,
aunque solo tú te merecías llamarte así, porque tu nombre hacía honor a lo que
tu eres.
Sé que no te gustaba verme llorar, que la ira te recorría
todo el cuerpo cada vez que me veías así, y que ahora estarás muy enfadado con
todos nosotros por todas las lágrimas derramadas, pero es la forma que tenemos
de transmitir todo lo que te echamos de menos. Perdóname.
Te fuiste demasiado rápido, dijiste que m esperarías, que
ibas a aguantar hasta que llegase a abrazarte, besarte y decirte un montón de
cosas. Ahora me arrepiento de todas esas cosas que no hice contigo durante
estos 24 años.
El día sigue estando gris, lluviosos, frio y triste sin ti.
Ahora, estás allí con el que tanto querías, del que tanto hablabas, al que
tanto admirabas. Y nosotros aquí, solos,
queriéndote más que nunca. Ahora, te pido el favor más grande que te haya
pedido en toda mi vida, no te lleves a la abuela por mucho que ella quiera, déjanosla
con nosotros, tú ya estás muy bien acompañado de tu padre. El día que te
sientas solo, haz llover, haz soplar el viento y yo bajaré a verte, cada día
con una flor, a estar contigo, te contaré un millón de cosas y te diré todo lo
que te quiero, pero a la abu déjala aquí.
Mi titi, prometo no olvidarte nunca y quererte siempre siempre
siempre.