sábado, 16 de abril de 2016

Confiando te apuñalan pero desconfiando tiras tus días


No te voy a decir nada que no sepas, que no hayas escuchado ya, no hay nada nuevo en estas palabras.

Que no debes de huir del amor, que es una mierda perder oportunidades por culpa del miedo, que a veces merece la pena que te hagan daño si piensas en todo lo vivido, que con la coraza puesta no se vive igual de libre, que confiando te apuñalan pero desconfiando de todos tiras tus días. No es nada que tú no sepas. Pero a veces viene bien recordarlo, que nos lo griten a la cara y que lo sintamos como una bofetada de sinceridad que nos pilla desprevenidos.

Sigues viva, y aquí no hay pausa que valga. Aquí no puedes pasar mucho tiempo lamiéndote las heridas, porque no vuelve. Aquí solo hay fuerza para comerse el mundo y a quien se ponga por delante.

No te digo que corras, que pongas prisa en que vuelva a renacer tu risa, que te aceleres demasiado. Porque eso tampoco es bueno. Las heridas merecen ser curadas hasta que se convierten en cicatrices. Pero no cures una cicatriz, ya no importa. Ya se va a quedar así para siempre, y lo mejor es, a partir de ese momento, salir a hacerse cicatrices nuevas. Piensa que hay a quien le gusta las cicatrices y las historias que cuentan. Y piensa, aún mejor, que es a ti a quien más deben gustarte tus propias cicatrices, porque te han hecho ser lo que eres ahora. Quizás hoy no lo ves, pero eres…

jueves, 24 de marzo de 2016

Los tíos: abrazan como padres y comparten como amigos


Cuando era niña y me decían que iba a pasar la tarde con mi tío, mi corazón se encendía. Era mi confidente, mi segundo padre que me ha ayudado a crecer y que edificó en mí un legado emocional indispensable. Él mi inculcó algunos valores por los que ahora soy como soy, él me enseñó el amor hacia los caballos, al campo, a la simplicidad, a vivir el día a día porque no sabemos si mañana llegará. Ahora recojo ese legado, en cada fiesta como a él le gustaba, muriendo de amor por los animales pero sobre todo el caballo, pero hay uno que nos separaba, que nos hacía chocar y discutir: los toros. Apasionado de las corridas. Jamás nos pareceremos en eso.


Era mi protector, mi defensor, mi proveedor de felicidad, de complicidad y detalles inolvidables que marcaron mi vida. Me enseñó a ser paciente, mucho, pero cuando se agotaba esa paciencia…no había solución para tanto genio. Pero siempre, terminamos perdonando, ambos, por comprensión, por empatía, por moral, porque el mañana…no, quizás no llegue el mañana. Y no llegó. Tan predecible fue…


Los tíos son vistos muchas veces como esos adultos, cariñosos y con identidad neutral, que todo niño o adolescente asumirá como segunda figura paterna mientras crece y madura. A su vez, los tíos suelen amarnos como auténticos hijos.


Ahora que ya no estás, que me dejaste, que te fuiste sin avisar, pero que me cuidas y me proteges…te llevo en mi corazón, en ese rincón donde duerme lo eterno, ahí donde residen nuestros bienes más preciados.


Asumir la pérdida de una persona, es algo que no es fácil para nadie y que, además, va a obligarnos a tener que desplegar una serie de estrategias para las cuales nadie nos ha preparado. Tres años y sin estar prepreada…

sábado, 20 de febrero de 2016

Todo lo demás, son excusas


Dejémonos de cuentos. Si una persona no te llama, es porque no quiere llamarte. Si no te invita a salir, es porque no quiere verte. Si te trata como si le importaras un comino, es porque le importas un comino. Si te traiciona, es porque no le gustas bastante. Si te deja ir es porque no quiere estar contigo.

Es que no estoy list@, es que tú eres la mujer/hombre de mi vida pero es que ahora no es el momento, es que no sé, es que tengo que organizar mi vida, es que si pero no, es que, es que… ¿¿Es que?? ¡¡Es que no quiere!! Vivimos pobrecitiando a esas personas y siguiéndoles su jueguecito de confusión y victimización porque pobrecito él/ella me quiere pero yo lo entiendo.

Dejemos una cosa clara, cuando una persona quiere estar con otra…ESTÁ! Así de fácil. Sin tantos enredos, sin tantas mentiras, sin tantas excusas. Cuando una persona se derrite por ti, puede que le de miedo, claro que sí, pero lo enfrenta porque no se va a arriesgar a perderte. Deja de ser tan inocente justificando cada rechazo, cada desplante y excusa. Ponte TÚ en un primer lugar. No necesitas a tu lado a alguien que no sabe lo que quiere, que no ve lo mucho que vales, que no ve todo lo que puedes aportar a su vida.

Por favor, no quieras intranquilidad, dudas y desprecios envueltos en explicaciones sin sentido. Tú mereces a una persona que sepa lo que tiene delante, que te valore y se esfuerce cada segundo por ti. Deja ya de romperte la cabeza detrás de algo que probablemente no va a ser tan bueno como tú piensas y date la oportunidad de recibir todo lo que merece con una persona que si te quiera.

Recuerda: no existen personas asustadas o confusas porque están trágicamente afectados por el pasado. Las personas se dividen en dos grupos muy sencillos: los que te quieren y los que no. Todo lo demás, son excusas.