Dejémonos de cuentos. Si una persona no te llama, es porque
no quiere llamarte. Si no te invita a salir, es porque no quiere verte. Si te
trata como si le importaras un comino, es porque le importas un comino. Si te
traiciona, es porque no le gustas bastante. Si te deja ir es porque no quiere
estar contigo.
Es que no estoy list@, es que tú eres la mujer/hombre de mi
vida pero es que ahora no es el momento, es que no sé, es que tengo que
organizar mi vida, es que si pero no, es que, es que… ¿¿Es que?? ¡¡Es que no
quiere!! Vivimos pobrecitiando a esas personas y siguiéndoles su jueguecito de
confusión y victimización porque pobrecito él/ella me quiere pero yo lo
entiendo.
Dejemos una cosa clara, cuando una persona quiere estar con
otra…ESTÁ! Así de fácil. Sin tantos enredos, sin tantas mentiras, sin tantas
excusas. Cuando una persona se derrite por ti, puede que le de miedo, claro que
sí, pero lo enfrenta porque no se va a arriesgar a perderte. Deja de ser tan
inocente justificando cada rechazo, cada desplante y excusa. Ponte TÚ en un
primer lugar. No necesitas a tu lado a alguien que no sabe lo que quiere, que
no ve lo mucho que vales, que no ve todo lo que puedes aportar a su vida.
Por favor, no quieras intranquilidad, dudas y desprecios
envueltos en explicaciones sin sentido. Tú mereces a una persona que sepa lo
que tiene delante, que te valore y se esfuerce cada segundo por ti. Deja ya de
romperte la cabeza detrás de algo que probablemente no va a ser tan bueno como
tú piensas y date la oportunidad de recibir todo lo que merece con una persona
que si te quiera.
Recuerda: no existen personas asustadas o confusas porque
están trágicamente afectados por el pasado. Las personas se dividen en dos
grupos muy sencillos: los que te quieren y los que no. Todo lo demás, son
excusas.