viernes, 27 de septiembre de 2013

El Perdón de Cohelo

Cuando crezcas, descubrirás que ya defendiste mentiras, te engañaste a ti mismo o sufriste por tonterías. Si eres un buen guerrero, no te culparás por ello, pero tampoco dejarás que tus errores se repitan...
 

El perdón es una expresión de amor.
El perdón libera de ataduras que amargan el alma y enferman el cuerpo.

Muchos de nuestros intentos de perdón fracasan pues confundimos esencialmente lo que es perdonar y nos resistimos ante la posibilidad de empequeñecer los eventos ocurridos u olvidarlos.

El perdón no es olvido, no es olvidar lo que nos ocurrió.

No significa excusar o justificar un determinado evento o mal comportamiento.
No es aceptar lo ocurrido con resignación.
No es negar el dolor.
No es minimizar los eventos ocurridos.
No significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebes.
 

Perdonar no significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que te lastimó. Simplemente significa dejar de lado aquellos pensamientos negativos que nos causaron dolor o enojo.

Creemos erradamente que el perdón debe de conducirnos inexorablemente a la reconciliación con el agresor. Pensamos que perdonar es hacernos íntimos amigos de nuestro agresor y por tal motivo lo rechazamos. No implica eso para nada, el perdón es UNICAMENTE PARA TI y para nadie más.
No hay que esperar que la persona que nos agredió cambie o modifique su conducta pues lo más probables es que ésta persona no cambie y es más, a veces se ponen hasta peor.

El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó. La falta de perdón te ata a las personas desde el resentimiento.Te tiene encadenado.

El perdón se debe de realizar "sin expectativas" sin esperar que nada suceda. Si esperamos que el agresor acepte su error, estaremos esperando en vano y gastando nuestro tiempo y nuestras energías en una disculpa que jamás llegará. Si estamos esperando esta reacción, luego de haber perdonado, pues realmente no perdonamos de corazón pues seguimos esperando una retribución, un resarcimiento. Seguimos anclados en el problema, en el ayer, queriendo que nos paguen por nuestro dolor. Entonces no hemos perdonado, y quien tiene el control de nuestra vida es el EGO. EGO que quiere a toda costa castigar o cobrar al agresor.
 

No existe nada ni nadie que pueda resarcir el dolor ocasionado en el pasado, el pasado no tiene cómo ser cambiado.Ningún tipo de venganza o retribución podrá subsanar los momentos de tristeza y desolación que vivimos, lo mal que nos sentimos. Al esperar una disculpa, que se acepte el error; nada de eso cambiarán los hechos, lo ocurrido en el pasado, sólo estaremos queriendo alimentar nuestro ego, nuestra sed de justicia mal enfocada.

La falta de perdón es el veneno más destructivo para el espíritu ya que neutraliza los recursos emocionales que tienes.

El perdón es una declaración que podemos y debemos renovar a diario.

Muchas veces la persona más importante a la que tienes que perdonar es a ti mismo por todas las cosas que no fueron de la manera que pensabas.

Perdonando desde nuestro corazón, logramos mirar los hechos tal y como sucedieron y luego decidimos dejarlos ir, dejarlos en el ayer.

Aceptamos que somos APRENDICES! Que la lección ya se encuentra aprendida y que hemos logrado vencer las circunstancias negativas que nos tocaron vivir.

Perdona para que puedas ser perdonado.
Recuerda que con la vara que mides, serás medido...

 

lunes, 16 de septiembre de 2013

Momentos de aprender y vivir


El tiempo ha pasado y sigue pasando, en esencia sigo siendo la misma con un cambio físico debido al paso de los años. Me doy cuenta que he hecho cosas buenas durante esta vida y me quedan muchas cosas por hacer y de las que aprender, cosas importantes que he pospuesto por alguna u otra razón.

El miedo ha estado presente a lo largo de toda mi vida, hasta el punto de parame, dejar de pensar, no reaccionar en momentos importantes, momentos que, quizás, no volverán.

No toda distancia es ausencia, ni todo silencio es olvido,  no toda la gente es falsa ni todo el mundo tiene dos caras. No hay que ilusionarse demasiado y que la vida en presente es un regalo. Me enseñaron que el futuro no está escrito, que el universo es infinito y que nosotros somos personas insignificantes para el mundo pero importantes para los nuestros.

Aprendí a no creer en las promesas, a confiar en casi nadie y a contar con los dedos de una mano a quien de verdad siempre estuvo a mi lado. Que lo más valioso de la vida no es lo que tenemos, sino a quién tenemos.  El físico atrae, pero la personalidad es la que nos enamora. Comprendí que quién no valora lo que tiene, algún día se lamentará por haberlo perdido. Que para ser feliz sólo tienes que hacer feliz a alguien, y sobre todo que si quieres recibir, hay que dar un poco de ti.

Que las cosas se consiguen con muuucho esfuerzo y  que las personas no son perfectas, tienen sus defectos que pueden dañar.  El amor verdadero tiene buen principio y buen final. Y cuando no hay amor todo termina mal, quien no arriesga con lo que quiere no gana.

La vida me ha enseñado  que hay personas que nunca te aceptaran como eres, a menos que necesiten algo de ti... Que la persona que te quiera... tarde o temprano te hará cambiar para bien.

Es el momento de sentirme con nuevas fuerzas y cambiar, de hacer cosas diferentes, de pensar de otra manera, pensar que lo que no ha llegado a mi vida llegará en el momento perfecto, y que si no llega, es porque no tiene que llegar y hay que buscar otras alternativas para continuar.

No he llegado ni a la mitad del camino de mi vida, o sí, quizás, ya haya pasado esa mitad, porque nunca sabes cuándo cruzarás la esquina y llegará el horrible momento, por eso mismo es el momento de coger las riendas, no más miedo, no más temor, no más conformarme, es momento de intentarlo. Llegaré a mis 25, sola y acompañada, feliz y triste, con ilusiones y esperanza de una vida más llena.


Es el momento perfecto, es ahora, es hoy, estoy lista, es cuestión de decisión, el momento llegó, no hay vuelta atrás. Es tiempo de sonreír y contagiar de alegría a los que me rodean.