miércoles, 24 de julio de 2013

Dolor y sufrimiento no van de la mano


La superación es un proceso de desarrollo, crecimiento y salud.  Pasamos por una negación de la realidad para evadirnos del dolor, parece como que si no aceptas la pérdida, no ha pasado, no sufres, no duele. Es mi vía de escape. Pero éste camino no resuelve nada, sólo alarga un poco más el sufrimiento. Lo que pasó nunca pasó. Ojala pudiese ser así en la realidad y no en mi negación.

Cuando nos quedamos estancados, cuando no avanzamos, miramos hacia el pasado y negamos la realidad, que es lo que no nos permite continuar…eso es el sufrimiento. Es cuando estamos atados a lo que se fue y nunca más regresará, no lo dejamos ir del todo y eso nos retiene anclados en el tiempo y en la vida. Bucay dice que sufrir es cronificar el dolor, transformar un momento en un estado, es apegarse al recuerdo de lo que lloro para no dejar de llorarlo, para no olvidarlo.

Reír, no es olvidar. Continuar el camino, seguir con la vida, disfrutar de lo que nos queda aunque sea en ausencia de la pérdida…no es olvidar. Llorar no es ser leal al que se fue. Serle leal es mantenerle tan vivo en el corazón y en el recuerdo, como cuando todo era perfecto y él estaba.

“El dolor en cambio es silencioso, solitario, implica aceptación, estar en contacto con lo que sentimos, con la carencia y con el vacío que dejó el ausente. El sufrimiento pregunta por qué aunque sabe que ninguna respuesta lo conformará. Este proceso nos deja solos, impotentes, descentrados, responsables y sobre todo tristes.”

Pero existe una gran diferencia entre estos dos sufrimientos…uno es temporal y el otro podría existir para siempre. Adivinen.