Mostrando entradas con la etiqueta Duelo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Duelo. Mostrar todas las entradas

viernes, 24 de marzo de 2017

Tu magia sigue viva


Una persona sencilla, un excelente ser para todos, te marchaste de nuestras vidas
pero aquí sigues de todos modos. Te fuiste esa tarde en la que te tenía tan lejos, sé que quisiste esperarme, pero no pudiste aguantar más, ni si quiera por mí, posiblemente la persona que más querías. Y estoy segura que me sigues queriendo muchísimo más que antes, y que te encargas de mí y de mi felicidad.

Sin decir adiós, tan repentinamente, sin esperarlo. No me despedí de ti, no pude hacerlo, pero en mí no te has ido. Aunque despedirme no es algo que se me haya dado nunca bien. Eres un ángel, haces honor a tu nombre, eres mi ángel, demostrándome que tu magia sigue viva

Mi mente está llena de buenos recuerdos tuyos, siempre con una sonrisa, preocupándote siempre por la familia y su bien, si estábamos enfermos, si teníamos problemas.



Es difícil olvidar a una persona tan bondadosa como tú. Pero no es eso lo que quiero, por ello, por si la memoria alguna vez me falla y los recuerdos me abandonan, tengo algo que me hará recordar que alguna vez tuve a alguien tan importante en mi vida que me acompañó siempre.

La última vez que fui a esa casa note tu ausencia, esperaba encontrarte en cualquier rincón de la casa con esa maravillosa sonrisa, que todo fuese una broma y aun estuvieses allí con todos nosotros..

.

No creo en un cielo ni un infiernos, no sé qué hay después de la muerte, pero sé que cuando llegue mi hora volveremos a encontrarnos.

jueves, 24 de marzo de 2016

Los tíos: abrazan como padres y comparten como amigos


Cuando era niña y me decían que iba a pasar la tarde con mi tío, mi corazón se encendía. Era mi confidente, mi segundo padre que me ha ayudado a crecer y que edificó en mí un legado emocional indispensable. Él mi inculcó algunos valores por los que ahora soy como soy, él me enseñó el amor hacia los caballos, al campo, a la simplicidad, a vivir el día a día porque no sabemos si mañana llegará. Ahora recojo ese legado, en cada fiesta como a él le gustaba, muriendo de amor por los animales pero sobre todo el caballo, pero hay uno que nos separaba, que nos hacía chocar y discutir: los toros. Apasionado de las corridas. Jamás nos pareceremos en eso.


Era mi protector, mi defensor, mi proveedor de felicidad, de complicidad y detalles inolvidables que marcaron mi vida. Me enseñó a ser paciente, mucho, pero cuando se agotaba esa paciencia…no había solución para tanto genio. Pero siempre, terminamos perdonando, ambos, por comprensión, por empatía, por moral, porque el mañana…no, quizás no llegue el mañana. Y no llegó. Tan predecible fue…


Los tíos son vistos muchas veces como esos adultos, cariñosos y con identidad neutral, que todo niño o adolescente asumirá como segunda figura paterna mientras crece y madura. A su vez, los tíos suelen amarnos como auténticos hijos.


Ahora que ya no estás, que me dejaste, que te fuiste sin avisar, pero que me cuidas y me proteges…te llevo en mi corazón, en ese rincón donde duerme lo eterno, ahí donde residen nuestros bienes más preciados.


Asumir la pérdida de una persona, es algo que no es fácil para nadie y que, además, va a obligarnos a tener que desplegar una serie de estrategias para las cuales nadie nos ha preparado. Tres años y sin estar prepreada…

miércoles, 24 de julio de 2013

Dolor y sufrimiento no van de la mano


La superación es un proceso de desarrollo, crecimiento y salud.  Pasamos por una negación de la realidad para evadirnos del dolor, parece como que si no aceptas la pérdida, no ha pasado, no sufres, no duele. Es mi vía de escape. Pero éste camino no resuelve nada, sólo alarga un poco más el sufrimiento. Lo que pasó nunca pasó. Ojala pudiese ser así en la realidad y no en mi negación.

Cuando nos quedamos estancados, cuando no avanzamos, miramos hacia el pasado y negamos la realidad, que es lo que no nos permite continuar…eso es el sufrimiento. Es cuando estamos atados a lo que se fue y nunca más regresará, no lo dejamos ir del todo y eso nos retiene anclados en el tiempo y en la vida. Bucay dice que sufrir es cronificar el dolor, transformar un momento en un estado, es apegarse al recuerdo de lo que lloro para no dejar de llorarlo, para no olvidarlo.

Reír, no es olvidar. Continuar el camino, seguir con la vida, disfrutar de lo que nos queda aunque sea en ausencia de la pérdida…no es olvidar. Llorar no es ser leal al que se fue. Serle leal es mantenerle tan vivo en el corazón y en el recuerdo, como cuando todo era perfecto y él estaba.

“El dolor en cambio es silencioso, solitario, implica aceptación, estar en contacto con lo que sentimos, con la carencia y con el vacío que dejó el ausente. El sufrimiento pregunta por qué aunque sabe que ninguna respuesta lo conformará. Este proceso nos deja solos, impotentes, descentrados, responsables y sobre todo tristes.”

Pero existe una gran diferencia entre estos dos sufrimientos…uno es temporal y el otro podría existir para siempre. Adivinen.